sábado, 21 de agosto de 2010

Respiración de la mirada (parte 2)

"A mi me gusta -dice Siza refiriéndose al momento de dibujar- sacrificar muchas cosas, ver apenas lo que inmediatamente me está atrayendo, pasear al azar, sin mapa, con una absurda sensación de descubridor."



"De pronto el lápiz o la pluma bic empiezan a fijar imágenes: rostros en primer plano, perfiles desvaídos o pormenores luminosos, las mismas manos que los están dibujando. Rasgos, rastros-riesgos, primero tímidos, rígidos, poco precisos, luego obstinadamente analíticos, por instantes vertiginosamente definidos, liberados hasta la embriaguez. Luego fatigados y gradualmente irrelevantes." Fíjense cómo, para Siza, mirar y palpar, los ojos y la mano son un mismo instrumento, un mismo sentido perceptivo y activo.




Fíjense en la nula estaticidad de la escena, en la temporalidad y oscilación que constituye tanto la actividad de mirar-pensar-trazar como el propio fragmento del mundo. Fíjense en lo fugitivo de las imágenes, en la vulnerabilidad de la realidad, que no empobrece la experiencia, por cuanto la experiencia no parte del afán de poseer : "en un intervalo de verdadero viaje, los ojos y, por ellos, la mente, gana insospechada capacidad, aprendemos desmedidamente, y lo que aprendemos reaparece, disuelto en los rastros que después trazamos."

Dibujo 1: Estudio para vivienda de madera.
Dibujo 2: Pirámide de los Nichos, Tajín, Ver.
Dibujo 3: Estudios para una fachada
Dibujo 4: Vivenda mínima
.

Texto tomado del libro: "Artículos de ocasión" de Josep Quetglas